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Una respuesta inmediata para los que sufren de intolerancia a la lactosa, la deficiencia enzimática más común en el mundo.

 

 

Por: Licda. Rita M. Salamín P. | Nutricionista – Dietista | PowerClub Gym

Tel: 261-0599  /  Cel: 6008-9054 | ritadevelarde@hotmail.com

Cuando ingerimos alimentos, éstos son degradados a moléculas muy pequeñas para que puedan atravesar las paredes del sistema digestivo y pasar al torrente sanguíneo, para luego ser llevados a los diferentes órganos y tejidos del cuerpo (cerebro, riñón, músculos y otros) y proveerles energía para que puedan funcionar.  Esta degradación o desdoblamiento de los alimentos se da por medio del trabajo de las enzimas las que actúan como tijeritas cortando las moléculas grandes de comida en moléculas pequeñitas; si esto no sucede, el alimento en vez de llegar a sangre se queda en el sistema digestivo generando algún efecto.

La acción de las enzimas

Las enzimas nos ayudan a digerir proteínas, otras grasas y otras carbohidratos.  Dentro de estas últimas se encuentra la lactasa, una enzima que se encarga de digerir la  lactosa, mejor conocida como azúcar de la leche.   En algunas personas, esta enzima funciona deficientemente, debido a:

–   Anomalías congénitas enzimáticas

–  Enfermedades que dañan el epitelio intestinal como la Enfermedad  de Crohn

–   Formas genéticas que se manifiesta después de la infancia

Por cualquier razón, si la lactosa no se digiere y no llega a la sangre, la misma transita del intestino delgado al colon donde las bacterias la fermentan provocando que dentro del intestino, se atraiga agua lo que resulta en diarreas acuosas ácidas, flatulencias (gases) y fuertes cólicos abdominales.  Definitivamente que con todos estos efectos, se entiende que quienes tengan intolerancia a la lactosa eviten la leche.  Las personas afectadas deben conocer los alimentos que pueden consumir, cuáles evitar y cómo complementar su dieta para que no se presenten deficiencias de nutrientes que la leche y sus derivados, por excelencia, nos ofrecen.

 

Alimentos Permitidos vs Prohibidos

Dependiendo del nivel de la deficiencia de la enzima lactasa, un paciente será sensible a ciertas cantidades de leche o a sus derivados.

Recomendaciones:

EVITE

PREFIERA

Leche entera, semi descremada o descremada (en litro, polvo o evaporada).

Leche o sus preparaciones a base de leche deslactosada o de soya.

Yogurt regular, quesos y helados (Si es muy sensible).

Yogurt, quesos y helados deslactosados.

Preparaciones que contengan leche (cremas, batidos, cereales, y postres).

Preparaciones que no contengan leche o que contengan leche sin lactosa o de soya

Crema de Leche, Natilla, Crema para batir, y/o Crema agria.

Preparar salsas con leche deslactosada o de soya, y espesar con maicena.

 

Es importante que al comprar alimentos lea el etiquetado del mismo, para identificar si dentro de sus ingredientes alguno contiene leche o sus derivados lácteos (excepto la mantequilla que aunque proviene de la leche, sólo contiene grasa).  Igualmente al ordenar en un restaurante asegúrese que la preparación no contenga leche.

El Calcio

Debido a que la leche y sus derivados aportan el calcio de mayor biodisponibilidad en la naturaleza, a quien tolera la leche, se le  recomienda consumir 2 vasos de leche al día, lo que equivale a 2 yogurts ó a 4 reb de queso.  Las personas que con intolerancia a la lactosa deben aprovechar las múltiples opciones que se ofrecen en el mercado.  Si las necesidades de calcio no compensan a base  de la dieta, será necesaria la suplementación de este mineral cuya dosis dependerá de la edad y estado del individuo. Tu nutricionista te puede sugerir la cantidad de miligramos de suplementos de calcio que necesitarás al día.

 

La intolerancia a la lactosa ya no es un problema, basta conocer lo que ofrece el mercado y ajustarse a la  situación sin olvidar que la leche sigue siendo un alimento de gran valor en nuestra dieta.