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Utilizado tanto por sus aplicaciones culinarias como por sus propiedades medicinales. No se trata de comerse una cabeza entera de ajo cada día, sino en el equilibrio y conocimiento de nuestro cuerpo.
La alicina, uno de los principios activos más importantes del ajo, principal responsable de los diferentes efectos positivos y beneficios que aporta este alimento. Cuando el ajo se corta o se tritura, desarrolla el componente llamado alicina, de su precursor aliina. La aliina es un compuesto químico derivado del aminoácido cisteína. Es inodoro, a pesar de que contiene azufre. Cuando el ajo se corta o se tritura, la aliina entra en contacto con la enzima alinasa, que convierte a la aliina en alicina. La alicina es la razón principal del olor del ajo.
Esta verdura contiene cantidades razonables de calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro, vitamina B1, C, B6 y manganeso, nutrientes indispensables para mantener la salud, por lo que incluir ajo como parte de una dieta equilibrada y actividad física contribuye a la prevención de enfermedades.
Propiedades de la Alicina
La misma contiene un gran potencial en el tratamiento de enfermedad cardiovascular a través de varios mecanismos:
La alicina tiene una variedad de propiedades entre ellas las combatir bacterias y virus que causan enfermedades. Además ejerce una acción para defendernos de los parásitos y algunos tipos de hongos
Inducción de la relajación de los vasos sanguíneos: La alicina actúa en la reducción de los movimientos de calcio, lo que hace que la contracción de los vasos sanguíneos sea más controlada, ayudando así a controlar la presión arterial.
Mejor control del perfil lipídico: Esto se refiere a los niveles de grasas en la sangre, mediante un aumento de los niveles de HDL, (colesterol bueno) mientras reduce los niveles de LDL, (colesterol malo) triglicéridos y los niveles de colesterol total. Mediante la reducción en la síntesis de la enzima o sustancia que se encargada de producir colesterol en nuestro cuerpo.
Suprime los mecanismos que intervienen en la coagulación de la sangre:su efecto consiste en mejorar el movimiento de calcio en la sangre, lo que evita que las plaquetas (células de la sangre) se agrupen y formen coágulos, con el potencial riesgo a un bloqueo de los vasos sanguíneos.
Además se ha comprado que el ajo fresco posee un efecto antioxidante, se ha visto que es eficaz para inhibir la formación de radicales libres, refuerza el mecanismo de captación de los radicales endógenos, aumenta las enzimas antioxidantes celulares, protegen las lipoproteínas de baja densidad de la oxidación por radicales libres. Aunque todos los componentes del ajo poseen actividad antioxidante, los componentes de mayor actividad podrían ser la S- alil-cisteína y la alicina.
El ajo también se utiliza para el tratamiento de la fatiga, aunque el mecanismo implicado sigue sin estar claro. La función anti-fatiga de ajo puede estar estrechamente relacionada con sus muchos efectos biológicos y farmacológicos favorables. En estudios con animales y en humanos, el ajo ha demostrado ser útil en promover la resistencia al ejercicio. Se ha confirmado que el ajo produce mejoría de los síntomas en personas con fatiga física y la fatiga sistémica debido al frío.
Dado que aplastar el ajo libera la alicina, es recomendable añadir el ajo picado a ensaladas, sopas, salsas y adobos para conseguir sus beneficios. También puede utilizar el ajo picado para dar sabor a platos con carne, eso sí, para poder disfrutar de sus diferentes beneficios es aconsejable que el ajo se consuma rápidamente una vez ha sido partido o machacado, lo que significa que al cocinarlo profundamente la alicina se destruye. Si el ajo se calienta por encima de los 60 °C se pierden sus propiedades por lo que es aconsejable consumirlo crudo o ligeramente cocido.
Fanny Cardoze
Nutricionista Dietista
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