El 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua. El objetivo de este día es crear conciencia en la conservación de este recurso y llamar la atención sobre la importancia del agua potable, fomentando una gestión sostenible, administrándola de forma consiente.
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El 71% de la superficie terrestre está cubierta por agua, pero solo el 2% es potable y es importante conocer los beneficios y funciones que cumple en nuestro bienestar y salud en general.
El agua es indispensable para mantener nuestro cuerpo sano, además de limpiar el organismo y eliminar toxinas, es un eficaz vehículo para transportar vitaminas y minerales necesarios para nutrir las células.
Aun cuando no sintamos sed es necesario siempre tener un vaso de agua cerca, puesto que teniéndola disponible podemos tomar agua antes de sentir sed, evitando con ello la deshidratación. Cuando tenemos sed, ya es demasiado tarde, porque ese es un indicador de deshidratación leve.
Tomar una cantidad adecuada de agua, es una de las maneras más fáciles de aumentar su salud. Mantenerse bien hidratado ayuda a que sus células y tejidos funcionen correctamente, por lo que puede mantener un estilo de vida activo que beneficiará al control de peso, y del apetito en algunas circunstancias. Además, está libre de calorías, es una bebida perfecta, no aporta colesterol, triglicéridos o azúcares.
El agua es esencial para los procesos corporales como la absorción y movilización de nutrientes.
Beneficios:
- Temperatura corporal: ayuda al cuerpo a regularla, debe encontrarse bien hidratado, así a través de la sudoración, logramos reducir la temperatura en situaciones de calor.
- Musculatura: los músculos retienen agua, por lo tanto, para su adecuada estructura se vuelve necesaria.
- Rendimiento deportivo: mejora la recuperación de esfuerzos físicos, ayuda a evitar calambres y lesiones.
- Funcionamiento de sistemas: forma fluidos como la sangre, la linfa y fluidos gástricos, indispensables para el buen funcionamiento de los sistemas: cardiaco, digestivo, renal y linfático.
- Cuerpo limpio: mediante la excreción de la orina y deposiciones, lo mantiene limpio.
- Ingesta de alimentos: el cerebro puede confundir la sed con el hambre en muchas ocasiones, al sentir deseos de comer toma un vaso de agua, y espera unos minutos. Si al cabo del tiempo no sientes deseos de comer, tu cuerpo te estaba dando señales equivocadas.
- Transporte de nutrientes: los nutrientes del cuerpo se disuelven en agua, por lo tanto, para que sean distribuidos a las diferentes células necesitan del agua.
- Tejidos humectados: el agua regula la temperatura del cuerpo, y mantiene los tejidos húmedos. La sangre, los huesos y el cerebro necesitan agua para funcionar.
Se ha vuelto popular la creencia que el agua fría podría ser mejor para la pérdida de peso en comparación con el agua a temperatura ambiente, porque después de todo, su cuerpo gastará energía calentando el agua fría para llevarla a su temperatura corporal, lo que aumentaría su quemadura de calorías durante el día. En realidad no se quema una cantidad significativa de calorías, el cuerpo calentando una taza de agua sólo gasta alrededor de 8 calorías, incluso, si se está bebiendo mucha agua helada durante todo el día sólo eliminarías unas 64 calorías. Esto se podría obtener los mismos resultados por realizar entre 5 a 15 minutos de ejercicio en el día.
Debido a que el agua fría no ofrece muchos beneficios para aumentar la quema de calorías, no habrá inconveniente en beber agua a temperatura ambiente. En cuanto al agua tibia o caliente, ocurre exactamente lo mismo que con el agua fría, pues no hay un gasto de calorías de gran impacto.
No importa cómo bebas el agua, lo importante será que la ingieras, para obtener los beneficios de la hidratación que, sí ayudan a la pérdida de peso, así que asegúrate de beber suficiente líquido todos los días. La cantidad que necesita una persona puede variar en función de su peso y del nivel de actividad que realiza. La indicación de los 2 litros diarios es una medida estándar de referencia, pero puede individualizarse el requerimiento en cada caso, un nutricionista idóneo te puede ayudar a ajustar de forma más específica tus necesidades de agua.
Para aquellas personas que les cuesta tomar agua, pueden recurrir a usar agua saborizada con limón, menta, pepino, entre otras opciones, también se puede recurrir al agua con gas, lo único es que debes leer el etiquetado nutricional y asegurarte que no contenga azúcar, ni sodio.
Otra práctica que hoy se comenta es la de beber agua en ayunas, esto si proporciona beneficios interesantes para nuestra salud, beber agua en ayunas nos ayuda a eliminar toxinas, pone en funcionamiento nuestro aparato digestivo, estimula el movimiento intestinal y previene el estreñimiento.