Algunos de sus síntomas son dolor, edema y equimosis que pueden ser considerables.
Foto: AP
Los esguinces del tobillo son quizás las lesiones deportivas más frecuentes en general, siendo el esguince lateral más común que la lesión del aspecto medial del pie. Muchos deportistas han sufrido este problema y por lo general, dependiendo del grado (severidad) de la lesión, pueden esperar volver a sus actividades deportivas en tan corto tiempo como 10 días o, casos más complicados, en no más de seis (6) semanas. Pero en ocasiones se presenta una lesión algo menos frecuente, que asemeja un esguince común de tobillo. En realidad es un daño en una ubicación más alta que los ligamentos laterales o mediales del tobillo, una lesión en la membrana que une, en su relación más distal, los huesos de la pierna, la tibia y el peroné. Esta es la llamada membrana interósea o sindesmótica y la lesión a la que me refiero es una Lesión Sindesmótica, conocida en inglés como «High Ankle Sprain», en realidad representa una lesión a una o más de las estructuras que forman ese complejo ligamentoso que une la tibia y el peroné en el tercio inferior de la pierna.
La incidencia exacta de la lesión se desconoce, pero se estima que entre un 11% y un 14% de los «esguinces de tobillos» conllevan algún grado de lesión sindesmótica. En realidad el complejo inter-óseo es muy fuerte y brinda una buena estabilidad a la articulación del tobillo, por lo que un daño a ese nivel requiere de una lesión muy fuerte, como las que se ven en los deportes de colisión (fútbol, fútbol americano, hockey, basketball, etc.) o en accidentes a altas velocidades (motocicleta, carros) pero puede, en ocasiones, pasarle a un corredor o a un jugador de béisbol.
La sindesmosis tibio-peroneal distal es, en realidad, un complejo muy fuerte que incluye la membra-na interósea, los ligamentos tibio-peroneales anterior y posterior, el ligamento interóseo y el ligamento tibio-peroneal transverso. Debo anotar que el ligamento medial del tobillo, conocido como el «ligamento deltoideo» es un estabilizador secundario de la articulación tibio-peroneal, y por esta razón puede afectarse también con estas lesiones. Recordemos que deben ser lesiones de mucha energía (y ojo que esto es relativo) para poder producir un daño de estas fuertes estructuras
Mecanismos de lesión
El más común mecanismo de esta lesión es una rotación externa forzada y rápida del pie. En este escenario, la articulación de tobillo se encuentra en posición normal cuando una fuerza externa empuja el pie hacia una rotación externa y el astrágalo, hueso del pie que se articula con la tibia y el peroné de la pierna, separa estos dos hueso (tibia y peroné) produciendo una lesión en las estructuras que unen el complejo sindesmótico del que hablamos.
Otro mecanismo de lesión, menos común, es una dorsiflexión extrema; en esta circunstancia, la parte más ancha (la parte anterior) del astrágalo, es empujada con fuerza entre la tibia y el peroné, produciendo una separación de ambos huesos con la consiguiente lesión de las estructuras que los unen.
Varios otros mecanismos menos comunes de lesión se han descrito, entre ellos una eversión rápida, una inversión del pie cuando este se encuentra en flexión plantar («puntas»).
Entre los factores de riesgo para esta lesión encontramos la participación en deportes de colisión, en deportes que pueden generar lesiones con altas velocidades, utilizar botas rígidas como las que se usan esquiando o en el juego de hockey sobre hielo, y el pie plano (aumenta la posibilidad de una alineación en rotación externa cuando el pie se encuentra plano en el piso)
Síntomas
Algunos son similares a un «esguince severo de tobillo», con dolor, edema y equimosis que pueden ser considerables y dependen del grado de severidad y la extensión de la lesión. Usualmente hay una importante reducción de la capacidad de caminar sin ayuda o apoyo. Es importante que los médicos evaluemos estos hallazgos y otras estructuras en el tobillo y alrededores como los huesos de la pierna (tibia y peroné) y también los ligamentos mediales y laterales del tobillo, pues como estas lesiones se producen con mucha fuerza, esas otras estructuras también pueden lesionarse en ese momento.
Cuando se sospecha este tipo de lesión, con seguridad su médico ordenará una serie de radiografías o, incluso otras imágenes como una resonancia magnética nuclear, imágenes importantes porque ayudan en el diagnóstico, evaluación de la extensión de la lesión y también en el planeamiento de la terapia de rehabilitación.
Tratamiento
Lo primero es una buena evaluación para determinar si existe o no una inestabilidad importante en la articulación. De haberla, se recomienda la reparación quirúrgica de la misma. También puede requerirse tratamiento quirúrgico si existe una fractura asociada, pero en general estas situaciones son las menos. Lo más común es un tratamiento no quirúrgico, con rehabilitación específica.
Hay varios protocolos utilizados para la rehabilitación de esta lesión. En todos, como en muchas otras lesiones, se progresa desde las etapas iniciales, en donde los objetivos más importantes pasan por reducir el dolor, el edema y la debilidad a la vez que se limita pérdida de rango de movimiento. La etapa siguiente se enfoca en normalizar el rango de movimiento, iniciar la ganancia de fuerzas y en volver a poder realizar las actividades de la vida diaria de forma independiente. Hacia las últimas etapas, la rehabilitación apunta principalmente a preparar al atleta para volver a la competición.
Durante la rehabilitación se utilizan intervenciones como las modalidades terapéuticas (hielo, electroterapia, compresión), movilización pasiva y luego activa y progresar hasta las movilizaciones en contra de resistencia y hacer el gesto deportivo. Es importante hacer énfasis en la rehabilitación neuromuscular (propiocepción) tanto como el rango de movimiento y la fuerza muscular.
Algunas veces estas lesiones pueden tomar entre 12 y 16 semanas para volver a la competencia, lo que las hace muy diferentes a los «esguinces comunes de tobillo».
Centro de Rehabilitación por ejercicios MEDIC GYM
Dr. Enrique José Mayo De Bello Consultorios Médicos Royal Center
Medicina Familiar y Medicina Deportiva Sección C, 3ER piso #339
e-mail: ejmayo@medicgym.com Teléfono: 263-4007 ó 263-0407
Página WEB: www.medicgym.com Fax: 263-8517