Aunque la incidencia de estos problemas es baja, el hipotiroidismo es más común en mujeres.
La glándula tiroides produce hormonas responsables por el metabolismo energético, la maduración y otras funciones; las principales hormonas tiroideas son la triiodotironina (T3) y la tiroxina (T4). Una variedad de enfermedades y estados se pueden ver en la glándula tiroides, como la producción insuficiente de hormonas (hipotiroidismo) o la secreción aumentada (hipertiroidismo).
Los estados hipotiroideos están asociados con una reducción del gasto calórico, mientras que los hipertiroideos se asocian a un aumento del metabolismo y ambos tienen otros efectos en el organismo.
HIPOTIROIDISMO
El estado clínico ocurre cuando la producción de hormonas tiroideas es insuficiente para cumplir todas sus funciones.
Síntomas: fatiga, falta de energía, intolerancia al frío, dolores, molestias musculares, disminución en el desempeño físico, dolores de cabeza, sed, micción excesiva, constipación y alteraciones de la visión. El examen físico puede mostrar edema por retención de líquidos, piel seca, bradicardia (baja frecuencia de latidos cardiacos) y retardo en los reflejos osteo-tendinosos.
Diagnóstico: se confirma midiendo las hormonas tiroideas y la hormona liberadora de hormonas tiroideas (TSH) en sangre.
Los pacientes con hipotoroidismo no controlado pueden ver disminuido su desempeño en la capacidad de ejercitarse, pues la reducción de los niveles de hormonas tiroideas metabólicamente activas puede causar:
- Afectar la contractibilidad del corazón reduciendo su capacidad de bombear sangre a los músculos activos.
- La frecuencia cardiaca (veces en que el corazón se contrae por minuto) puede verse reducida afectando su capacidad de hacer trabajos físicos
- Reducción de la liberación de óxido nítrico en el vaso sanguí-neo, una importante sustancia relacionada con la relajación y el buen funcionamiento de los vasos sanguíneos
- En niños y adolescentes pre-púberes, el hipotiroidismo puede afectar la velocidad y el alcance del crecimiento, truncando su capacidad de desarrollo psicomotor.
HIPERTIROIDISMO
Los estados hipertiroideos se caracterizan por elevados niveles de hormonas tiroideas activas (T3 y T4).
Síntomas: intolerancia al calor, temblores, ansiedad, alteraciones del sueño principalmente insomnio, sudoración excesiva, taquicardia (frecuencia cardiaca muy rápida), pérdida de peso a pesar de una nutrición adecuada, aumento del apetito y del nivel de energía (así se siente el paciente). Disminución del desempeño y la capacidad de hacer trabajos físicos.
Diagnóstico: se confirma con los niveles elevados de T3 y T4 con niveles bajos de TSH.
Entre los efectos del hipertiroidismo en la capacidad para hacer ejercicios de quien lo padece están:
- Aumento del consumo de oxígeno y producción de calor, el paciente hipertiroideo que se ejercita puede tener mayor riesgo de sufrir enfermedad por calor, incluyendo «heat stroke»
- Posibilidad de mayor riesgo de sufrir rabdomiolisis (condición que puede afectar severamente a los riñones)
- La elevada frecuencia cardiaca de estos pacientes, deja una ventana de frecuencia cardiaca (diferencia entre la frecuencia basal y la máxima) pequeña y una capacidad reducida de realizar esfuerzo máximo o incluso sub-máximo
- Los medicamentos beta-bloqueadores para pacientes hipertiroideos disminuyen la frecuencia cardiaca y pueden ayudar a controlar síntomas como la sudoración y la ansiedad, pero disminuyen el gasto cardiaco, la presión arterial media y la frecuencia cardiaca máxima, reduciendo la capacidad de realizar ejercicios máximos
- Posibilidad de aceleración de un proceso de pérdida ósea y desarrollo de osteopenia y hasta osteoporosis. Esto podría poner a personas activas a un mayor riesgo de fracturas por estrés o por caídas mientras practican una actividad física
Hormonas Tiroideas exógenas
Existe un descarado mercadeo y uso de hormonas tiroideas para la pérdida de peso y para mejorar el desempeño atlético. Muchos «suplementos» deportivos y para pérdida de peso contienen estas hormonas en su composición.
Entes reguladores como la FDA americana, prohíben el uso de hormonas tiroideas en suplementos nutricionales o en comidas.
Se ha demostrado una conexión entre el estado tiroideo (funcionamiento normal o no de la glándula) y la respuesta de la grasa subcutánea a la estimulación adrenérgica (cuando se libera adrenalina al hacer ejercicio y esta mueve la grasa de debajo de la piel, para ser utilizada como fuente de energía). En este sentido, las hormonas tiroideas pueden ayudar a reducir la grasa corporal, aunque no está claro si esta respuesta se debe a un efecto lipolítico directo en la grasa subcutánea. Por otro lado, se ha demostrado un aumento en la velocidad de acortamiento de los músculos al ser estimulados con hormonas tiroideas; haciéndolas atractivas como ergogénicos (ayudas para el desempeño deportivo). Sin embargo, nada comprueba que este efecto se traduce en mejor desempeño. Sabemos que el abuso de hormonas tiroideas puede llevar a un estado hipertiroideo y a mayores riesgos de afecciones como: taquicardias, arritmias cardiacas, hipertensión y hasta muerte por causas cardiovasculares.
La glándula tiroides puede ocasionar afecciones, pero tratadas exitosamente, permiten llevar una vida normal. Consulte con su médico sobre lo que debe hacer ante cualquiera de estas afecciones.