villegasPor: Rubén Villegas
Orientador
Twitter: @RubenDVillegas

Todos queremos que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes. Una de las estrategias para lograrlo es que practiquen algún deporte y qué mejor que incluirlos en algún programa deportivo, ya sea de béisbol, fútbol, baloncesto, natación o cualquier otra actividad idónea para el niño, según sus gustos y capacidades.

No obstante, debemos ser observadores del trato que los niños reciben en los centros deportivos. Lógicamente, allí se busca motivar al niño a que desarrolle sus capacidades físicas, destrezas y habilidades, pero en algunas ocasiones se ha conocido de personas que emplean su responsabilidad para descargar agresividad y frustraciones propias, traduciéndose en maltrato y daño psicológico al atleta.

Debido a lo anterior, hay que tomar en cuenta que el perfil del entrenador debe incluir entre sus característica una persona equilibrada que canalice su carga de agresividad y adrenalina, generando emociones que impulsen al deportista sin lastimarlo.

CIERTAS CONDICIONES
Para dedicarse a este importante trabajo, se deben establecer condiciones que vayan más allá de los conocimientos técnicos o logros personales. Recordemos que un buen atleta no siempre se convierte en un buen monitor deportivo. Se deben evaluar sus capacidades psicológicas y sociales, las cuales deben constituir un potencial positivo para llevar a cabo correctamente sus funciones.

Como parte del perfil ideal de los entrenadores se pueden mencionar:

 

  • Son muy organizados.
  • Tienen una excelente inclinación hacia el trato y contacto humano.
  • Están muy identificados con los valores reconocidos por la sociedad.
  • Poseen una gran capacidad para contener sus emociones, incluso cuando son sometidos a un estrés considerable.
  • Son prominentemente perseverantes.
  • Tienen la posibilidad de expresar sus tendencias agresivas naturales de una forma apropiada a su función de entrenador.
  • Son capaces de motivar a los deportistas para que rindan al máximo.
  • Son buenos maestros en la actividad que desarrollan.
  • Se mantienen actualizados.
  • Son capaces de estar al tanto de las diferencias individuales de los deportistas.
  • Saben cómo se motiva a cada atleta.
  • Saben escuchar.

 

Con estas características se puede garantizar que el entrenamiento deportivo sea integral. Los entrenadores deportivos deben ser modelos, ejemplos de vida dentro y fuera de los gimnasios o campos de juego.