Mis queridos lectores, en esta edición, quisiera compartirles una situación que he estado viviendo y; la verdad, creo que todos debemos tener la dicha de experimentar: “El petting”.
¡Vamos al grano! Esta palabra representa, literalmente, el universo de los juegos y caricias sexuales que te permiten llegar al más intenso clímax, sin la necesidad de penetración.
¿Cómo llegué a esto? Hace 5 años se me introdujo un DIU Mirena (método anticonceptivo de larga duración) el cual –hoy día– debe ser reemplazado para que siga haciendo su función. Sin embargo, no lo he reemplazado aún porque me genera un poco de ansiedad, considerando, que la primera vez me durmieron porque fue imposible introducirme la pieza de manera manual debido a mi estrechez vaginal. A eso, debo agregarle lo costoso que se vuelve cuando hay que dormir a la persona y los malestares que se experimentan posteriormente.
Este panorama eleva en un 90% mis riesgos de quedar embarazada; y por supuesto, mi pareja y yo no estamos interesados en que la cigüeña nos visite. Precisamente esta ventana de riesgo es lo que ha provocado que mi pareja evite la penetración; y para él, no existía la posibilidad de tener relaciones sexuales sin ese detalle clave.
Conversando el tema con mi ginecóloga, que coincide en que debo contar con unos días de reposo tras la mínima intervención, surgió el tema de “el petting”. Al principio, les aseguro, me parecía una ilusión que no daría resultado a mi problemática.
Le comenté a mi pareja varias veces del tema y le expliqué su dinámica. Un día, de la nada, ambos nos propusimos poner en práctica la sugerencia de mi ginecóloga y fue todo un éxito.
Como el objetivo final no es la penetración, las caricias, los besos, los apretones, los mordiscos, las estimulaciones en las partes sensibles de nuestro cuerpo eran incontrolables, intensas y altamente placenteras.
Otro detalle curioso es que tratas de dedicarte a satisfacer tanto a tu pareja que descubres en ella lugares o sensaciones que jamás imaginaste conocer. Para mis efectos, y como mencionan algunas de las literaturas que leí sobre el tema, nunca dejas de conocer en tu pareja puntos nuevos de seducción y placer; el “petting” es un buen aliado en este proceso.
A veces, según el grado de sensibilidad, disposición y emotividad puede que no llegues (hombre y mujer) a lograr el clímax de la interacción corporal. No obstante, siempre habrá cabida para que se complete el proceso de excitación a través de masajes o estimulación directa a los genitales; y así, culminar con broche de oro lo iniciado.
No podría darles un manual sobre el “petting” pero hay un sinfín de actividades para hacer, y juegos que van estimulando los cuerpos. Como por ejemplo: recorrer el cuerpo de tu pareja por todos sus lados haciendo uso de la lengua combinados con suaves besos y leves mordiscos. Si queremos un poco más de aventura podemos hacer uso de un cubo de hielo regular y hacer el recorrido corporal a tu pareja de una forma diferente.
Los besos regulares mezclados con masajes y abrazos fuertes que hacen presión sobre la piel de la pareja también son grandes estimulantes. Crear estímulos a través de la fricción corporal que puede realizarse de diversas formas, y sólo depende de la imaginación y la creatividad.
También se encuentran otros jueguitos de internet como: las ataduras que te permiten inmovilizar a una persona de las muñecas y tobillos para que ésta se entregue por completo al placer; el juego del ciego, con vendas en los ojos, en donde la persona que no puede ver entra en un estado de indefensión al sucumbir ante las innumerables travesuras que la pareja le quiera realizar en cualquier parte de su cuerpo.
Ahora bien, esta forma de practicar relaciones sexuales se usa en muchos aspectos. Entre ellas, las terapias sexuales donde se intenta solucionar problemáticas de pareja como la impotencia, la anorgasmia (inhibición del orgasmo), o escasez de deseo sexual. En estos procesos la dinámica consiste en prohibir el coito e instar a la pareja a que practique el “petting” para estimular el acercamiento de su pareja.