El cáncer es una enfermedad devastadora. Y si bien es cierto que sus efectos físicos son bastante dolorosos, las consecuencias psicológicas golpean constantemente al individuo que lo padece, a sus familiares y allegados
Por: Rubén Villegas
Foto: Dreamstime
Incluso el tratamiento con quimioterapia llega a generar estados profundos de depresión y desgaste, muchos de los pacientes han llegado a afirmar que el bajón emocional producido resulta mucho más mortal que la propia enfermedad.
Las familias tendrán la amenaza de desintegrarse por los factores psicológicos, sociales y económicos que conlleva el cáncer, sin embargo esta puede ser una oportunidad para afianzar lazos familiares y afianzar la solidaridad, la lealtad y el amor incondicional entre los miembros de la familia, incluso en los casos donde estos hayan sido vulnerados por conflictos anteriores.
Los niños pequeños pueden mostrarse confundidos, y si la información es insuficiente o distorsionada, podrían sentirse abrumados y tristes. Es por esto que es muy recomendable tener una comunicación abierta con ellos sobre el tema, donde se les explique que se hará un tratamiento complicado y estricto pero que de ninguna manera significa una sentencia de muerte automática. En caso de que el afectado sea el padre o la madre, los niños son capaces de desarrollar empatía y muchas veces, y a su manera buscarán formas de animar a sus padres. He sabido de casos donde los mas pequeños buscan entretener a sus padres por medio de cuentos, canciones y hasta ofreciéndose para hacer la comida. Todo dependerá de la actitud optimista que asuma el otro progenitor, hermanos y demás familiares.
Las rutinas del niño deben mantenerse en todo momento en la medida de lo posible. Las comidas sanas, horarios para dormir, hacer los deberes de la escuela, los días de paseos y actividades extracurriculares no deben desaparecer aunque en muchos casos se vean condicionadas por las nuevas circunstancias.
Entre otras recomendaciones a tomar en cuenta están:
- Evitar victimizarse. Esto podría agravar situaciones de depresión, ansiedad o alguna otra crisis familiar.
- El entorno familiar debe buscar adaptarse a la condición del paciente sin apartarlo. A la vez no debe imponérsele actividades de recreación o sociales como ir a celebraciones. En un principio muchos enfermos de cáncer se cierran pero debe mantenerse la paciencia con ellos mientras se adaptan. Nadie está obligado a mostrar alegría si no se siente. Todos tenemos derecho a sentir tristeza y desahogarnos si lo necesitamos.
- No pierda la perspectiva sobre la vida del paciente. Piense en como era su temperamento y su personalidad antes de la enfermedad. Esto puede ayudarle a comprender y aceptar los cambios anímicos que ocurrirán. Si observa alguna actitud no típica y negativa de manera prolongada, consulte a algún profesional de la conducta.
- Recuerde cómo afrontaron situaciones difíciles en el pasado. Esto podría darle pistas a la familia acerca de asumir la mejor manera de sobrellevar la situación.
- No tomen las decisiones de forma unilateral. Permitan que la familia cercana exprese su opinión y tomen muy en cuenta la del paciente. Sobre todo respecto a que tratamientos continuar y cuáles no. No dejen de consultar a los médicos involucrados en el caso.
- El paciente es solo eso. De ninguna manera puede ser objeto de lástima de parte de terceros ni autocompasión. Estará muy susceptible a las reacciones y el trato de sus allegados. Ayúdele a ver las cosas desde un punto de vista calmado y objetivo.
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