lecorpAunque es importante la aceptación de los cambios corporales que implica el embarazo, es bueno que la mujer siga una rutina especial de belleza con tratamientos específicos que no interfieran en la gestación, que no tengan contraindicaciones y que resulten seguros para ella y su bebé.

Por: Rossana Tabares
Cosmetóloga- Esteticista

Antes de someterse a un tratamiento de belleza, ya sea facial o corporal, debe consultar con su especialista para que determine si, de acuerdo con las condiciones propias de su embarazo, usted es apta para pasar por las manos de una cosmetóloga o una esteticista.

Conozcamos un poco sobre los tratamientos estéticos y cuidados que podrán aplicarse en algunos casos durante cada etapa:

El Primer Trimestre: Una buena hidratación es necesaria para tener la piel más elástica. También se pueden realizar limpiezas faciales en las que no se empleen productos químicos o equipos de corrientes. Los masajes manuales de relajación y drenaje linfático manual en las piernas son excelentes para esta etapa.

Las pantallas solares son fundamentales durante todo el embarazo y los aceites y cremas hidratantes deben ser preferiblemente de origen vegetal.

Segundo Trimestre: Continuar con la hidratación para dar flexibilidad a la piel y prevenir estrías; las sesiones de drenaje linfático, las limpiezas faciales y mascarillas
hidratantes. Además, las exfoliaciones corporales que mejoran el aspecto de la piel con productos naturales como gránulos de arroz o avena.

En el Tercer Trimestre: Ya en las últimas ocho semanas del embarazo, el relax es algo fundamental, las sesiones de drenaje linfático manual le ayudarán a distenderse. Se deben levantar las piernas y aplicarse ocasionalmente duchas de agua fría que ayudarán a prevenir la aparición de arañitas, várices y a evitar la hinchazón.

Los masajes de relajación en la espalda contribuyen a aliviar la tensión y el dolor que, en esta etapa, es producido principalmente por el peso del abdomen o las mamas.

Productos y/o tratamientos que se deben evitar

  • Cosméticos innecesarios.
  • Tratamientos de peelings, aplicaciones o exfoliaciones realizadas con peróxido de benzoilo, ácido salicílico y ácido retinoico.
  • Las cremas depilatorias.
  • Los tratamientos a base de calor o luz (sauna, las cámaras bronceadoras, los baños termales o baños de luz infrarroja).
  • Hay que evitar las cremas anticelulíticas y antiestrías con cafeína, L- Carnitina y retinoides al igual que algunos aceites esenciales muy concentrados.
  • Los tratamientos estéticos invasivos como el bótox o la mesoterapia (estos jamás deben ser realizados durante el embarazo y solo deben ser aplicados por médicos especialistas).
  • No se debe recurrir a métodos o aparatos como ultrasonidos, radiofrecuencias o cualquier otro tipo de corrientes durante el embarazo, porque pueden
    afectar la sensibilidad intrauterina además de resultar estresantes y poco confortables.
  • Las cremas y productos utilizados también deben ser seguros para los dos. Un porcentaje de los productos que se colocan sobre la piel se absorben en el torrente sanguíneo y eventualmente pueden llegar al feto.
  • Después de los 40 días del puerperio, la mujer puede empezar a trabajar sobre la recuperación del peso y el estado de la piel del cuerpo y del rostro.

Estas opciones de tratamiento deben buscarse en centros de estética a cargo de profesionales especializados o con terapeutas idóneos y expertos en el manejo de los tratamientos pre y posparto.